Así es como las redes sociales nos están matando lentamente
Nos estamos convirtiendo en una generación de apariencias. Las redes sociales nos han dado mucho, pero también nos han quitado bastante. Eso de estar conectados todo el tiempo es increíble porque ya no hay límites: no importa la distancia, siempre podemos estar en contacto. Ahora vivimos en un mundo globalizado, más unidos como sociedad gracias a la tecnología.
Pero, como todo en la vida, lo bueno siempre trae algo malo. Es como un medicamento que te cura una cosa pero te causa otros efectos secundarios. Con las redes pasa igual: hay un montón de beneficios, pero también desventajas que nos están afectando poco a poco.
Hoy nuestra vida gira en torno a pantallas. Nos escondemos detrás de ellas y proyectamos personalidades que no son reales. Mostramos vidas perfectas, llenas de lujos y felicidad, todo con filtros que mejoran la realidad. Es tan fácil: ¿para qué ser auténtico si puedo construir la versión ideal de mí mismo detrás de una pantalla? ¿Por qué compartir algo genuino si puedo subir solo lo más bonito?
En las redes parece que nadie tiene defectos ni problemas. Y si alguien se atreve a mostrar algo negativo, lo tachan de dramático, loco o exhibicionista. Todo esto nos mete en un ciclo de envidia, tristeza y frustración porque solo vemos la cara perfecta de los demás. Pasamos tanto tiempo en este "mundo paralelo" que terminamos atrapados en un lugar donde no queremos estar.
Es un mundo lleno de contradicciones: personas que no soportamos en la vida real, pero a las que no dudamos en darles un "me gusta" o comentar sus fotos, solo por quedar bien. Y ahora medimos nuestro valor por cuántos likes conseguimos, como si eso definiera quiénes somos. Preferimos acumular seguidores que construir relaciones auténticas, y eso es preocupante.
Gastamos horas buscando la foto perfecta para subir, incluso cuando estamos con amigos, dejando de lado el momento real por uno virtual. ¿Por qué esa necesidad de aprobación? ¿Por qué queremos que personas que apenas conocemos sepan lo que hacemos? Compartir algo con nuestros seres queridos tiene sentido, pero ¿hacerlo público? Parece que queremos escapar de la realidad, pero en el proceso, nos alejamos cada vez más de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario